martes, 27 de abril de 2010

Hoy es el turno de...




La medición del mundo
Daniel Kehlmann
Maeva
Madrid, 2006
224 págs.


HISTORIA entretenidísima
PERSONAJES Humboldt y Gauss
TRADUCCIÓN bien buena
RITMO lectura rápida
AVENTURAS muchas por cada capítulo
HUMOR elegante, inteligente
COMENTARIO FINAL excelente novela que mezcla espléndidamente ciencia y literatura.


domingo, 18 de abril de 2010

Ups...





Tony Montana


Melancolías francesas


Por el Musicópata


Ya se siente el otoño. Yo, en cama y con gripe, me envuelvo de lecturas y me arropo con audiciones dedicadas a los franceses. Creo que lo más adecuado son las sonoridades graves, cálidas, melancólicas. Las piezas para angélique por José Miguel Moreno en esa inhallable producción de Glossa es lo primero. ¿Por qué el sello español no la reedita en su serie Cabinet si ya lo hizo con las piezas de Robert de Visée y las de Sylvius Leopold Weiss? Sólo nos queda esperar. Los Conciertos Reales de François Couperin también se me hacen obligatorios, la de Savall. No por él, sino por los músicos invitados: Alfredo Bernardini, Manfredo Kraemer, Bruno Cocset, Marc Hantai. Y si estoy con Couperin “el grande”, paso inmediatamente a sus pièces de violes. La lectura de Pierlot (Mirare), absoluta, ¡qué fraseo! El gran violista da gamba del siglo XVII, Marin Marais, llamado "el ángel", también me acompaña. ¿Existe un registro más bello que el de Sophie Watillon? Lo dudo. Las mejores Folies d’Spagne en disco, sin lugar a dudas. ¿Qué fue de Pascal Monteilhet? Era de los pocos laudistas que sin otro apoyo instrumental sostenía sobradamente el continuo de un movimiento de sonata con ingenio y gracia. No desarrollaba los cifrados, ¡componía sobre la marcha! Esas sonatas para cello de Vivaldi no conocieron mejores cuerdas pulsadas que las del gran tiorbista francés. Monteilhet dejó un espléndido trabajo sobre Robert de Visée para su última casa editora, Zig Zag Territoires, piezas del Maître du Roy. En esa ocasión se trató de transcripciones de algunas suites: para violín, traverso y viola da gamba, siempre acompañadas por la tiorba. Paso revista a todo registro donde participan Les Basses Réunies, singular conjunto de espléndidos continuistas encabezados por el chelista Bruno Cocset, que de tanto acompañar a otros artistas, termina grabando cuanto repertorio existe para instrumentos graves. Pascal fue parte fundamental del equipo. Su elegancia y delicado gusto musical resalta en cada disco. Ahora Cocset recurre, con errores graves de por medio, a algún reemplazante pasajero. ¿No había otro laudista con espacio en su agenda más que Luca Pianca al momento de abordar el Op. 5 de Geminiani? Inexplicable, como también lo es el que no encuentre mi disco con las sonatas para violoncello de Jean Barrière. Si siempre lo tengo a mano. Mientras busco y revuelvo entre mis libros, escucho de fondo otras sonatas, sies, pour violoncelle avec la basse continue, de Antoine Dard. Otras melancolías, las de la viola de gamba, condenada a desaparecer frente a los embates del cello.


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martes, 13 de abril de 2010

El cuco...








Hoy es el turno de...





Ygdrasil
Jorge Baradit
Ediciones B
Santiago, 2005
274 págs.

HISTORIA ya te vas a enterar
PERSONAJES no tantos, pero la principal es una mujer
TRADUCCIÓN nada como leer en “chileno”
RITMO espléndido, lectura rápida, el libro te atrapa desde el comienzo
VIOLENCIA desmedida
MUERTES muchas por cada capítulo
SANGRE a raudales
TORTURAS espantosas
SEXO hardcore
ESCRITOR no me aventuraría a definirlo
COMENTARIO FINAL luego de la obra Juan Emar, esto es lo más original que he leído de un chileno. De lectura obligatoria!



lunes, 12 de abril de 2010

Philip Roth: el conjurado contra América












“La audacia debe tener un objetivo, pues de lo contrario es de pacotilla, superficial y vulgar”


P. Roth, Me casé con un comunista



Philip Roth (Newark, 1933) debe ser el escritor norteamericano de ascendencia judía vivo más importante de los últimos veinticinco o treinta años. En un comienzo profesor universitario de escritura creativa y literatura comparada, actividades que conjugó luego con la de editor y ensayista, Roth deja la enseñanza definitivamente para asumir la voz de un maldito e insurrecto que habla precisamente de los judíos y toca cada uno de los puntos a los que son tan sensibles y afectos, y, por supuesto, no los deja bien parados. Ahí aparece la sexualidad, pero vista desde el deseo y la obsesión enfermiza; la política, claro, e inmediatamente aflora la descarnada crítica al sistema que ellos mismos han dado forma; la problemática de la identidad y de la conciencia en tierras extranjeras, ni dudarlo; en el fondo, Roth siempre está jugando con la deliciosa y anecdótica miseria humana y los absurdos de la vida, y es Nathan Zuckerman, el más delineado alter ego del escritor, quién con un fino sarcasmo y elegante humor jode cada tanto a esta poderosa comunidad y desgrana en detalle cada una de sus fantasías, triunfos y derrotas.






Premiado hasta el cansancio, Philip Roth lo ha ganado todo: el National Book Award, el National Book Critics Circle Award y el Pen/Faulkner, todos en dos oportunidades; el Ambassador Book Award, el Pen/Nabokov, el Pulitzer, la Medalla Nacional de las Artes, la Medalla de Oro de Narrativa, etc…, todo, todo menos el Nobel, premio que obviamente nunca le otorgarán por más que lo postulen una y otra vez, porque sencillamente y como todo gran escritor, Roth es políticamente incorrecto, no se anda con cuentos y saca ronchas mientras escribe sin parar. Publica y publica novelas nuevas cada, más o menos, 18 meses, y si bien las últimas son meros retoques de ideas mucho antes y mejor expuestas, operación que huele más a compromiso contractual que a necesidad literaria, Roth no tiene nada que demostrarle a nadie y menos a estas alturas de su vida. El maestro es inagotable y trabaja fuerte, día a día, casi sin pausas, contra el tiempo, seducido por el tema de la muerte.

Háganse un favor y lean su “trilogía americana”, que finaliza de manera espléndida con esa gran novela llamada “La mancha humana” (2000). Devórense “El Teatro de Sabbath” (1995) y den rienda suelta a sus más bajos instintos; vamos, “El mal de Portnoy” (1969) está reeditado a precio módico y seguro disfrutarán con los monólogos su protagonista; “Elegía” (2006) no está nada mal y “Patrimonio” (1991) llega a ser enternecedora. Cualquier libro que escojas te dejará la misma sensación: Philip Roth es un profesional, seco, riguroso. No se sienta frente a su escritorio a tratar de modelar frases bonitas, a esperar la inspiración divina. El viejo boxea con la literatura y con la vida como si nada; lleva años haciéndolo y con la muerte rondándole muy, muy de cerca. Es el cáncer que no lo deja tranquilo; y como es un hueso duro de roer, no te lo hace fácil y no es ni por si acaso amable con su prosa, porque sabe lo que dice y el efecto que eso causa en sus lectores, seguidores y detractores; es peligrosamente autobiográfico, irreverente y provocador; te muele a frases esplendidas y te grita a la cara lo iluso que puedes llegar a convertirte mientras, ahí sentado, esperas la oportunidad de tu vida; te hace añicos el sueño americano y te lo convierte en una pesadilla diaria. Philip Roth es un maldito.


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viernes, 9 de abril de 2010

Versiones y novedades


Por el Musicópata



Reviso las novedades discográficas anunciadas en los boletines a los que estoy suscrito y la situación se torna abrumadora. ¿Cómo hacer para estar al día con tanta producción que sale al mercado y con semejante regularidad? Eso es un imposible. ¿Crisis del cd? No sé quién dijo eso… Algunas reglas que me autoimpongo: me permito tan sólo dos, rara vez tres versiones de alguna composición fundamental. ¿Para qué más si sé que he sido sumamente exigente para inclinarme por una u otra? Así, además, controlo la sobrepoblación de discos y dejo espacio para los libros. Ese es mi otro vicio y más grave. Mucho más grave.


Tomo como referencia a algunos inagotables maestros y paso revista. Para las Goldberg, que debe ser una de las obras con más versiones en disco, yo selecciono dos, Hantaï I (Opus 111) y Hantaï II (Mirare). Los célebres seis solos para el cello, Bylsma I y Wispelwey II. La Misa en Si Menor, una tradicional, Suzuki (Bis), y otra OVPP, Kuijken (Challenge Classics). Con las casi inabordables sonatas para laúd de Weiss, mi primera opción siempre son los ya diez volúmenes de Robet Barto (Naxos) que se complementan perfectamente con dos de Eduardo Egüez, uno de Hoppy y otro de José Miguel Moreno, no más. Dowland tiene dos caras, una virtuosa en dedos de Paul O’Dette (HM) y otra más serena y madura por Nigel North (Naxos). Monteverdi y sus madrigales, ahí conjugo entre La Venexiana, el sexto libro por Alessandrini y el trabajo de Marco Longhini para Naxos, sello de bajo costo que siempre sorprende con una que otra integral. Y muy pronto sale el primer volumen de los madrigales de Gesualdo por los mismos Delitiae Musicae de Longhini (!!!). Membra Jesu Nostri, Fasolis y Veldhoven. El Op. 5 de Geminiani, Nasillo (Symphonia) y McGillivray (Linn). El Op. 4 de Haendel, ¿Dantone, Egarr y Halls? Mejor paso a las novedades…

Comienzo con los responsorios para Semana Santa de Tomás Luis de Victoria. Si destacada era la interpretación de los Tallis Scholars (Gimell), ahora sale la de Raúl Mallavibarrena y Musica Ficta (Enchiriadis), quienes ponen nuevamente en el tapete a un discreto sello que sabe hacer las cosas muy bien. Escuché algunos extractos y les aseguro que es una lectura totalmente novedosa, atrevida. El disco se llama sugerentemente “18”. Paso a Bach, porque pareciese que todos los meses se celebra al cantor de Lepizig. Cuatro discos: los Motetes por el sólido Masaaki Suzuki; Andreas Staier y su lectura de las Goldberg, con sugerentes cambios de registros; la Pasión según San Mateo nuevamente con criterio de una voz por parte y por el incansable Sigiswald Kuijken, pero con un elenco de cantantes que te hace dudar si adquirirla o no -yo paso, con Butt y la segunda de Herreweghe tengo de sobra-, y las Sonatas en Trío por Reine-Marie Verhagen (flautas dulces) y Tini Mathot (clave y órgano de cámara). Ricercar saca otra selección de Danceries de Attaingnant y son sus más avezados intérpretes, Denis Raisin-Dadre y Doulce Mémoire, quiénes así complementan su antigua producción para Astrée. Anthony Bailes para el elegante sello Ramée preparó un programa titulado Apollon Orateur. Son piezas para laúd barroco de los Gaultier, Ennemond y Denis, ambos compositores alguna vez tan bien llevados al disco por Hopkinson Smith. Hace algunos meses, Christophe Rousset volvió a indagar en la obra para clave de Johann Jakob Froberger y grabó seis suites para Ambroisie. Carus lanza la versión de Mendelssohn del Dettingen Te Deum de Haendel con falutas, clarinetes y trompas, yo arranco y recuerdo gratamente la de Stephen Layton para Hyperion. Giulio Cesare in Egitto, sí, una de las óperas más grandes de todos los tiempo. Ahora es el turno de George Petrou para demostrar qué tan lejos puede llegar con su Orquesta de Patras y un elenco de solistas cada vez más llamativo. No conozco esta versión, yo tengo la de Minkowski que es espléndida, pero mi amigo español Javier Sarría Pueyo, un haendeliano acérrimo, dice que el maestro griego se convirtió en un imprescindible. Sergio Azzolini crea todo tipo de expectativas (yo espero una integral, no menos) con su Concerti per fagotto I para la obligatoria serie Vivaldi Edition del sello Naïve y registra, además, seis mozartianas sonatas para fagot y pianoforte de Thaddäus Wolfgang von Dürnitz. Me atrevo también con éste último, Azzolini es un dato seguro y a veces es bueno avanzar un poco más allá de 1750. A veces y con mucha precaución. Y ya que doy el salto, agrego algo de música de cámara de C. F. Abel y J. C. Bach por Il Gardellino, también los tres tardíos cuartetos de C. P. E. Bach (La Tempestad/Arsis), incluso otro disco que se me pasó, el recital de Rossini con Joyce DiDonato y la dirección de Edoardo Müller.

¿Cómo es posible que Glossa, Accent, Ramée, MDG, Pan Classics, DHM, Arcana, entre muchos otros, aún no estén en los escaparates de la famosa tienda que ahora mezcla libros, cds y todo tipo de accesorios? Alpha, Ricercar y Fuga Libera llegó. Tarde, muy tarde, pero llegó. Y les aseguro que insistí mucho en ello. Que hagan algo pronto, si no seguirán perdiendo clientes. Por suerte podemos acceder regularmente a Bis, Hyperion, Chandos y CPO en la disquera del Pueblo del Inglés. Mas por internet siempre es menos costoso y más seguro dar con el producto deseado. Pero a la vez es más peligroso, porque cuando uno está de cara a la novedad la tentación es muy fuerte. ¿No era tan sólo dos versiones por obra?...



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martes, 6 de abril de 2010

Hoy es el turno de...





Las horas
Michael Cunningham
Norma
Bogotá, 2008
232 págs.

HISTORIAS tres, entrecruzadas
PERSONAJES tres mujeres, tres generaciones
TRADUCCIÓN buena
RITMO perfecto
MUERTES una al comienzo, otra hacia el final
COMENTARIO FINAL libro maravilloso. Complementar con la película del director Stephen Daldry.



viernes, 2 de abril de 2010

La Pasión según San Mateo



Ideas breves

La Passio secundum Matthaeum de Johann Sebastian Bach (BWV 244) se representa por primera vez en la Thomaskirche de Leipzig para el servicio de Vísperas del Viernes Santo de 1727, dos años después de que el Kantor de la Thomasschule, según se cree, iniciase los primeros esbozos de la partitura. De hecho, el no haberla finalizado para el Viernes Santo de aquel 1725 significó tener que ejecutar nuevamente, con uno que otro cambio, su anterior pasión, la de San Juan, representada por primera vez un año antes.

La Pasión según San Mateo, con formato de doble coro y doble orquesta, corresponde a una extensa narración sacra que fusiona en perfección tanto lo lírico como lo dramático: el relato de las horas finales de Cristo y al mismo tiempo la respuesta y comentarios por parte de los fieles respecto del relato. Es la musicalización de los capítulos 26 y 27 del evangelio homónimo entrelazados con diversos corales luteranos, coros, recitativos y arias; los textos, en el caso de los corales, tienen una antigüedad de hasta dos siglos, y los versos del poeta Christian Friedrich Henrici, conocido con el seudónimo de Picander, completan el resto del libreto que en suma logra un forma de enorme diálogo.

La música de la Pasión según San Mateo, dividida en dos partes y que enmarcó el extenso sermón de casi dos horas de ese viernes 11 de abril de 1727, presenta prácticamente todas las formas musicales ejercitadas en aquel entonces: recitativos acompañados y secco, arias, armonizaciones de corales tradicionales, coros, incluso la forma motete. Asimismo, se plantea todo tipo de posibles combinaciones vocales al conjugar o enfrentar las voces de ambos coros. La estructura de la obra logra una complejidad y heterogeneidad sin precedentes, rica en un sinfín de detalles musicales y expresivos.


Concertistas y ripienistas

De acuerdo a las investigaciones de Joshua Rifkin y Andrew Parrott, tan oportunamente avaladas y completadas por otros estudios de John Butt, indagaciones siempre realizadas sobre la base del conjunto de particielas conservadas de la época de Bach, la Pasión San Mateo fue, casi con seguridad, interpretada originalmente por tan solo 8 voces solistas, denominadas concertistas y divididas en dos grupos (soprano, alto, tenor y bajo), quienes asumen la totalidad de las partes del canto, es decir, coros, corales, arias y recitativos. Los roles principales del evangelista, quién precisamente narra el evangelio en tercera persona y en forma de recitativo secco, y el rol de Jesús, corresponden respectivamente al tenor y bajo del coro I. Por otra parte, a los concertistas se añaden otras tantas voces, tres o cuatro, quienes asumen los roles menores de las dos criadas, la mujer de Pilatos, Pilatos, Judas, Pedro, Caifás y los Pontífices. En tanto que una de éstas voces, denominada soprano in ripieno, apoya en algunos números musicales, pero mínimamente.


El registro

John Butt, eximio estudioso de la obra de Bach y director del Dunedin Consort, se inclina por una tardía versión de la Pasión San Mateo para su primer registro en disco de esta creación cumbre del maestro oriundo de Eisenach, versión que debió haberse representado cerca del año 1742.

Dicha partitura presenta una que otra modificación en cuanto a la instrumentación respecto de las versiones anteriores: se reemplaza el órgano por un clave en la orquesta II y también se añade una segunda viola de gamba a la misma orquesta, para el continuo del recitativo y aria "Mein Jesus schweigt” y “Geduld!” del tenor del coro II.

En resumen, las orquestas, en formato muy reducido, están conformadas cada una por dos violines primeros y dos violines segundos; viola, cello, violone y viola da gamba, uno de cada instrumento; flautas y oboes en pares, difiriendo solamente en que la orquesta I cuenta con un órgano y un calve y la orquesta II sólo con un clave. Y en cuanto a las voces y de acuerdo a la práctica OVPP, 8 son los concertistas y 4 las voces de apoyo para cubrir las parte de soprano in ripieno y todos los roles menores.

El resultado es un perfecto equilibrio entre las partes instrumentales y vocales, con una claridad abrumadora de la textura musical. Basta con enfrentarse al impresionante coro de apertura "Kommt, ihr Töchter" y ya te haces una idea de todo el potencial y beneficio para este tipo de repertorio el aplicar correctamente los criterios históricamente documentados. El rol de Jesús en voz de Matthew Brook es conmovedor en su grado máximo y la narración del evangelio por parte de Nicholas Mulroy es más que elocuente. Destacan especialmente las bellas y cristalinas voces de la soprano Susan Hamilton y de la mezzo Clare Wilkinson, quién en el célebre “Erbarme dich” logra, según mi criterio, la mejor interpretación disponible en disco de una de las más emotivas arias sacras de la historia musical.

Con este trabajo discográfico estamos ya en condiciones de plantear un resumen de las mejores lecturas posibles de la Pasión San Mateo. Una más "tradicional", me refiero a la segunda de Philippe Herreweghe para la casa francesa Harmonia Mundi, imprescindible; otra más "osada" y fielmente documentada, por cuenta de Paul McCreesh y un espléndido equipo de solistas, para el sello Archiv, y la presente de John Butt, “casi perfecta”, fruto de un trabajo constante y concienzudo por parte del sabio maestro inglés y también, no podemos engañarnos, por el minucioso despliegue técnico de sonidistas y productores musicales.




Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Matthew Passion

Dunedin Consort & Players
John Butt

Linn Records, 2008 (3 CDs)


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