lunes, 18 de octubre de 2010

Boleros...



"Dilema" (Carlos Puebla)


Anoche te vi llorando
con profundo sentimiento
y me acertó un pensamiento
que me está martirizando
Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca


Anoche te vi llorando
con profundo sentimiento
y me acertó un pensamiento
que me está martirizando
Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca

Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca

jueves, 9 de septiembre de 2010

lunes, 21 de junio de 2010

Discos y novedades



Por el musicópata

¿Qué estamos escuchando? Yo, de entre las últimas cosas que recibí la semana pasada, estoy fascinado con un disco que agrupa las 4 baladas y los nocturnos del Op. 9 de Chopin. Es una producción del año pasado del sello Alpha y obviamente con piano de época. De otra manera no puede ser. Es el bondadoso toque de Schoonderwoerd que nuevamente seduce con la elegancia de un Pleyel de 1836. Acá no hay espacios para estridencias impertinentes ni grandilocuentes ademanes impostados. Es la música en su esencia. ¡Qué lindo! También recibo algunos ciclos de lieder de Schubert. Un bello texto elocuentemente musicalizado es siempre bien acogido. La canción romántica me gusta cada día más. Gracias a la ayuda de un “sitio amigo” y mientras espero el despacho del disco, escucho con agradable sorpresa los Concerti per fagotto I de Vivaldi. Otro acierto de la Vivaldi Edition. Es que casi no tiene baches. Casi. Y ahora fue el turno de Sergio Azzolini, por si alguien aún duda del gran músico que es. Federico Maria Sardelli llega a Chile este fin de semana y trabajará por más de un mes en un estreno absoluto para la audiencia local. Yo aprovecho de repasar su extensa discografía mientras espero recibir pronto la reedición de Opera Overtures, una recopilación de Sinfonie dai Drammi per Musica del Prete rosso. (Corrijo sobre la marcha, porque lo acabo de recibir!!)

Pareciese que se celebra a Bach todos los meses. ¿Cuántas “Goldberg” salen al mercado por trimestre? Yo aún no compro la de Staier, pero ya está en mi “wish list”. A las recientes e imprescindibles reediciones de Herreweghe en Hamonia Mundi, se suma la Misa en Si menor por John Butt y su lectura con coro de solistas, también el onceavo disco de cantatas por Sigiswald Kuijken (BWV 12, 67 y 85) y el último volumen de la integral en curso de Suzuki por el sello Bis (BWV 17, 19, 45, 102). Es el número 46 y seguro que será espléndido. Lo dice la plantilla de cantantes. En MDT está a un poco más de siete mil pesos. Y el mismo sello sueco también anuncia el octavo disco de las sonatas de Beethoven, en pianoforte. Ahora es el turno de los Op.101, 109, 110 y 111. Es el cierre del premiado ciclo interpretado por Ronald Brautigam.

Reviso los boletines de los sellos. Entre reediciones, novedades y futuros lanzamientos tenemos a Mozart con Phantasia (Ramee). Scarlatti y Soler en un recital de B. Cuiller y una selección de Pièces de clavecin de Jacques Duphly, ambos editados por Alpha. Ricercar y un doble cd con conciertos para clave de Wilhelm Friedemann Bach. El solista es Guy Penson. Alessandrini y dos discos en Naïve: Chaconne y Mottetti de A Melani. Berenice, regina d'Egitto de Handel (Virgin) y la batuta del infatigable Alan Curtis. De Glossa destaco Italian Cantatas vol. 7, que incluye Apollo & Dafne, Agrippina condotta a morire y Cuopre tal volta il cielo. También Il più bel nome (Antonio Caldara / El concierto Español) y Odi Euterpe con la mezzo Rosa Domínguez. ¿Ya compraron el último disco de Robert Barto y las sonatas de Weiss? ¡Obligatorio! La Pasión según San Marcos de Reinhard Keiser (Christophorus). Sonatas para cello y continuo de Antonio Caldara con Gaetano Nasillo (Arcana). Barcarolles, las 13 bellas miniaturas para piano de Gabriel Fauré por Delphine Bardin (Alpha). Y la serie de precio medio o bajo (depende de dónde compren), “las voces barrocas”, añade diez títulos más, de entre los cuáles señalo con insistencia el de Frescobaldi y su Primo Libro dei Madrigali. Nuevamente es el Concerto Italiano de Rinaldo Alessandrini. ¡Qué buen período fue aquél! Y qué mejor retrato que el registro fonográfico de esas interpretaciones.

Brilliant Classics es inagotable. Entre reediciones y novedades te deja con la boca abierta. Composiciones tempranas de Chopin, integral de conciertos para clave de Wilhelm Friedemann Bach, música de cámara de Giovanni Benedetto Platti, sonatas de Giovanni Battista Vitali, música para piano de John Cage, Purcell y McCreesh, Francesco Mancini y doce sonatas para flauta, un recital titulado Passionate Baroque Arias con Gemma Bertagnolli y la llamativa serie de ópera, en una constante extensión de catálogo y a un precio ridículo de barato. La mayoría son reediciones de antiguos registros, pero por ese módico precio no deja de ser tentador. Y atención, que más de algún título está dentro de la categoría de las llamadas grabaciones referenciales. Desde Purcell a Schönberg, así de amplia es la colección, con una marcada preferencia, eso sí, por las creaciones decimonónicas. Mucho Maria Callas, Fiorenza Cossotto, Dietrich Fischer-Dieskau, Giuseppe di Stefano, Boris Christoff, Tito Gobbi, Kirsten Flagstad y Deborah Voigt. Y bueno, se entiende. Son el tipo de voces que se ajustan correctamente al repertorio. Está bien, lo reconozco. Tengo mi lado “romanticón”, pero es muy, muy selecto. ¡Y que no salga de acá!


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sábado, 5 de junio de 2010

Mi cartero y las compras online


Por el Musicópata

Recuerdo que hace casi dos años el dólar experimentó una fuerte baja y llegó a cotizarse a cuatrocientos cincuenta pesos, más o menos. ¡Qué locura! El timbre sonaba cada tres días y también día por medio. Era el cartero que pasaba a dejarme una “cajita”, como decía él. Don Mario, un profesional de conducta intachable, se paseaba con mis encarguitos por todo su cuadrante y no pocas veces me esperó en la entrada del edificio hasta que yo llegara a casa, “pa’ entregárselos en sus manos”, me confesaba, con una mirada llena de orgullo. Creo que fue el año en que más música adquirí. La famosa casa de discos del centro, la que hoy seguramente vende más libros, accesorios y películas que música, nunca estaba al día (ahora tampoco y nunca lo estará), así que me decidí por comprar casi exclusivamente a través de internet y comencé con Amazon.

Luego de una demora bastante preocupante en mi primer pedido, el asunto se normalizó y desde la segunda compra, los discos llegaron a la puerta de mi casa con una regularidad alarmante. Don Mario sudaba la gota gorda, porque yo vivo exactamente donde termina su recorrido. Pero muchas veces, debo aclararlo, el sufrimiento fue autoimpuesto, porque Don Mario, por iniciativa propia y pensando que lo hacía para mejor, me juntaba varias “cajitas” y me las entregaba de sopetón, sin previo aviso. Eso enloquece a cualquiera. Tanto al que lleva como al que recibe el encargo.

Desde el año pasado y luego de las insistentes sugerencias de varios amigos que viven en el extranjero y que compran discos como si se fuera a acabar el mundo mañana mismo, probé con la tienda inglesa especialista en música docta MDT (www.mdt.co.uk). ¡Peor aún! Más variedad, precios más bajos y un coste de envío que raya en lo ridículo: una y media libra esterlina por el primer CD y le añades otra libra por cada disco extra. O sea, la nada misma. Pero la principal gracia de MDT es que exhibe constantes ofertas y no en cualquier sello. Y lo mejor es que te mantienen informado diligentemente de la fecha de inicio y término de cada nueva promoción. Y sobre lo anterior, como si ya no fuera suficiente, las casas editoras BIS, Hyperion, Brilliant, Chandos, Berlin Classics y Harmonia Mundi corresponden a la sección de descuentos permanentes. ¡El paraíso para los compradores compulsivos!

Recuerdo que inmediatamente pensé en la gran cantidad de CDs que dejé adquirir al pagar un más elevado coste de envío a los señores de Amazon. Pero intenté normalizar la situación a la brevedad. Fue el momento que estaba esperando para completar los madrigales de Monteverdi por la Venexiana en un solo pedido. Pagué por ellos como si fuesen discos de precio medio. Glossa estaba en oferta por esos días. Luego me dediqué a los oratorios de Handel. A las cantatas bachianas. A la música para laúd. Al repertorio para el cello barroco. A los autores alemanes y franceses. A la música isabelina y la del siglo de oro español. También al repertorio romántico de cámara. No vayan a pensar Uds. que yo sólo estucho música “antigua”. Y también compré varias de esas maravillosas cajas compilatorias. Por el box set de la música sacra de Vivaldi del sello Hyperion (Robert King, 11 CDs) pagué no más de veinticinco mil pesos. Y por la del sello Et’cetera sobre los grandes maestros flamencos, un recorrido histórico-musical condensado en diez discos, no más de quince mil pesos. Si esos productos llegasen a Chile, seguro te cobraban hasta tres veces o más, sin vergüenza alguna.

Es lo genial de comprar por internet. Te evitas un sinfín de situaciones, generalmente desagradables. Evitas, primeramente, pagarle la cuenta de la luz y del agua al negocio de turno; evitas enfrentarte a un ejército de vendedores que no tienen la más mínima idea de lo que intentan venderte, por más que uno logre comprender y aceptar, con una paciencia eterna, que no es culpa de ellos; evitas realizar un tour por Santiago para ver si logras hacerte de un ejemplar del producto que llevas meses esperando, que prometieron enviártelo a la sucursal que más te acomoda y que obviamente jamás llegó; evitas que te cambien las reglas del juego en medio del partido, te sumen y resten puntos, te cambien de “categoría”, respondiendo cada una de éstas a decisiones unilaterales, gentilezas de “atención al cliente”; en el fondo, te evitas las inaceptables faltas de respeto que comúnmente experimentamos los consumidores, no sólo de música envasada, pese a que te cataloguen como cliente “Premium” y te conviden a truculentos eventos de trasnoche. Si me preguntan, yo me quedo, pero es que sin pensarlo dos veces, con mi distribuidor de discos en el extranjero y con mi abnegado cartero. La ecuación perfecta. La que nunca me ha fallado. Nunca.


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sábado, 8 de mayo de 2010

Música y lecturas


Por el musicópata

No tenemos tiempo para escuchar toda la música que deberíamos. Entre el trabajo y las lecturas diarias, no es mucho el tiempo que nos queda. Yo mezclo, musicalizo. Abro El afinador de pianos (Salamandra) de Daniel Mason y releo sus pasajes más musicales. De fondo suenan nocturnos en un piano Érard, el tipo de instrumento que inspiró a Mason para escribir su exitosa novela. Un piano más romántico que clásico. Es un modelo de 1837 el que escucho y sobre el que Bart van Oort posa sus manos para recrear las páginas de Frédéric Kalkbrenner, Clara Schumann, Edmond Weber, Charles-Valentin Alkan, Mikhail Glinka e Ignacy Feliks Dobrzynski, entre otros. Una delicia del sello Brilliant. Otro libro, otro éxito. La elegancia del erizo (Seix Barral), de Muriel Barbery. ¿No es acaso el capítulo octavo de la quinta parte lo más melómano de la novela? “No es sólo bella, es sublime, y lo es por un encadenamiento increíblemente denso de los sonidos, como si los ligara una fuerza invisible y como si, a la vez que se distinguen, se fundieran los unos con los otros, en la frontera de la voz humana, casi en el territorio ya del lamento animal.” Son palabras de la profesora de filosofía que escribe sobre el Dido y Eneas de Purcell y yo recuerdo las grabaciones de Haïm (Virgin) y la de Jacobs (Harmonia Mundi). Son complementarias, tanto que si sacamos un poco de aquí y otro poco de allá, armamos un cuadro perfecto. A René Jacobs le cedo la batuta, ni dudarlo, y a Emmanuelle Haïm la relego al continuo. Susan Graham canta Dido y Gerald Finley, Eneas. Belinda, Rosemary Joshua. La hechicera queda perfecta en voz de Felicity Palmer y las brujas inigualables con Dominique Visse y de Stephen Wallace. Charles Daniel, el espíritu y Paul Agnew, el marinero. Shakespeare, la invención de lo humano, de Harold Bloom, lo acompaño con pavanas de compositores isabelinos. Escojo otro libro. Chopin, de Bernard Gavoty (Vergara) y ahora escucho una gran selección de piezas editadas por el sello Alpha. Arthur Schoonderwoerd y un Pleyel de 1836. Nada como escuchar romanticismo en un piano de época. La sonoridad te transporta, te eleva. Soy un convencido de las interpretaciones con criterios historicistas, para todos los períodos de la música. Y ante ese tipo de registros me inclino preferentemente. Otra biografía, escrita por Christoph Wolff y reeditada por Ma non troppo, ahora en un solo tomo. Bach, el músico sabio. Divago entre sus páginas y selecciono algunas piezas para el clave, al azar. Christophe Rousset y las suites francesas, también las inglesas. Uno siempre vuelve a Bach. ¡Qué maravilla! Nos falta tiempo para tanta lectura, para tanta música…


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martes, 27 de abril de 2010

Hoy es el turno de...




La medición del mundo
Daniel Kehlmann
Maeva
Madrid, 2006
224 págs.


HISTORIA entretenidísima
PERSONAJES Humboldt y Gauss
TRADUCCIÓN bien buena
RITMO lectura rápida
AVENTURAS muchas por cada capítulo
HUMOR elegante, inteligente
COMENTARIO FINAL excelente novela que mezcla espléndidamente ciencia y literatura.


domingo, 18 de abril de 2010

Ups...





Tony Montana


Melancolías francesas


Por el Musicópata


Ya se siente el otoño. Yo, en cama y con gripe, me envuelvo de lecturas y me arropo con audiciones dedicadas a los franceses. Creo que lo más adecuado son las sonoridades graves, cálidas, melancólicas. Las piezas para angélique por José Miguel Moreno en esa inhallable producción de Glossa es lo primero. ¿Por qué el sello español no la reedita en su serie Cabinet si ya lo hizo con las piezas de Robert de Visée y las de Sylvius Leopold Weiss? Sólo nos queda esperar. Los Conciertos Reales de François Couperin también se me hacen obligatorios, la de Savall. No por él, sino por los músicos invitados: Alfredo Bernardini, Manfredo Kraemer, Bruno Cocset, Marc Hantai. Y si estoy con Couperin “el grande”, paso inmediatamente a sus pièces de violes. La lectura de Pierlot (Mirare), absoluta, ¡qué fraseo! El gran violista da gamba del siglo XVII, Marin Marais, llamado "el ángel", también me acompaña. ¿Existe un registro más bello que el de Sophie Watillon? Lo dudo. Las mejores Folies d’Spagne en disco, sin lugar a dudas. ¿Qué fue de Pascal Monteilhet? Era de los pocos laudistas que sin otro apoyo instrumental sostenía sobradamente el continuo de un movimiento de sonata con ingenio y gracia. No desarrollaba los cifrados, ¡componía sobre la marcha! Esas sonatas para cello de Vivaldi no conocieron mejores cuerdas pulsadas que las del gran tiorbista francés. Monteilhet dejó un espléndido trabajo sobre Robert de Visée para su última casa editora, Zig Zag Territoires, piezas del Maître du Roy. En esa ocasión se trató de transcripciones de algunas suites: para violín, traverso y viola da gamba, siempre acompañadas por la tiorba. Paso revista a todo registro donde participan Les Basses Réunies, singular conjunto de espléndidos continuistas encabezados por el chelista Bruno Cocset, que de tanto acompañar a otros artistas, termina grabando cuanto repertorio existe para instrumentos graves. Pascal fue parte fundamental del equipo. Su elegancia y delicado gusto musical resalta en cada disco. Ahora Cocset recurre, con errores graves de por medio, a algún reemplazante pasajero. ¿No había otro laudista con espacio en su agenda más que Luca Pianca al momento de abordar el Op. 5 de Geminiani? Inexplicable, como también lo es el que no encuentre mi disco con las sonatas para violoncello de Jean Barrière. Si siempre lo tengo a mano. Mientras busco y revuelvo entre mis libros, escucho de fondo otras sonatas, sies, pour violoncelle avec la basse continue, de Antoine Dard. Otras melancolías, las de la viola de gamba, condenada a desaparecer frente a los embates del cello.


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martes, 13 de abril de 2010

El cuco...








Hoy es el turno de...





Ygdrasil
Jorge Baradit
Ediciones B
Santiago, 2005
274 págs.

HISTORIA ya te vas a enterar
PERSONAJES no tantos, pero la principal es una mujer
TRADUCCIÓN nada como leer en “chileno”
RITMO espléndido, lectura rápida, el libro te atrapa desde el comienzo
VIOLENCIA desmedida
MUERTES muchas por cada capítulo
SANGRE a raudales
TORTURAS espantosas
SEXO hardcore
ESCRITOR no me aventuraría a definirlo
COMENTARIO FINAL luego de la obra Juan Emar, esto es lo más original que he leído de un chileno. De lectura obligatoria!