lunes, 18 de octubre de 2010

Boleros...



"Dilema" (Carlos Puebla)


Anoche te vi llorando
con profundo sentimiento
y me acertó un pensamiento
que me está martirizando
Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca


Anoche te vi llorando
con profundo sentimiento
y me acertó un pensamiento
que me está martirizando
Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca

Pues no sé que me provoca
esa lagrima mi cielo
secarla con tu pañuelo
o enjugarla con mi boca

jueves, 9 de septiembre de 2010

lunes, 21 de junio de 2010

Discos y novedades



Por el musicópata

¿Qué estamos escuchando? Yo, de entre las últimas cosas que recibí la semana pasada, estoy fascinado con un disco que agrupa las 4 baladas y los nocturnos del Op. 9 de Chopin. Es una producción del año pasado del sello Alpha y obviamente con piano de época. De otra manera no puede ser. Es el bondadoso toque de Schoonderwoerd que nuevamente seduce con la elegancia de un Pleyel de 1836. Acá no hay espacios para estridencias impertinentes ni grandilocuentes ademanes impostados. Es la música en su esencia. ¡Qué lindo! También recibo algunos ciclos de lieder de Schubert. Un bello texto elocuentemente musicalizado es siempre bien acogido. La canción romántica me gusta cada día más. Gracias a la ayuda de un “sitio amigo” y mientras espero el despacho del disco, escucho con agradable sorpresa los Concerti per fagotto I de Vivaldi. Otro acierto de la Vivaldi Edition. Es que casi no tiene baches. Casi. Y ahora fue el turno de Sergio Azzolini, por si alguien aún duda del gran músico que es. Federico Maria Sardelli llega a Chile este fin de semana y trabajará por más de un mes en un estreno absoluto para la audiencia local. Yo aprovecho de repasar su extensa discografía mientras espero recibir pronto la reedición de Opera Overtures, una recopilación de Sinfonie dai Drammi per Musica del Prete rosso. (Corrijo sobre la marcha, porque lo acabo de recibir!!)

Pareciese que se celebra a Bach todos los meses. ¿Cuántas “Goldberg” salen al mercado por trimestre? Yo aún no compro la de Staier, pero ya está en mi “wish list”. A las recientes e imprescindibles reediciones de Herreweghe en Hamonia Mundi, se suma la Misa en Si menor por John Butt y su lectura con coro de solistas, también el onceavo disco de cantatas por Sigiswald Kuijken (BWV 12, 67 y 85) y el último volumen de la integral en curso de Suzuki por el sello Bis (BWV 17, 19, 45, 102). Es el número 46 y seguro que será espléndido. Lo dice la plantilla de cantantes. En MDT está a un poco más de siete mil pesos. Y el mismo sello sueco también anuncia el octavo disco de las sonatas de Beethoven, en pianoforte. Ahora es el turno de los Op.101, 109, 110 y 111. Es el cierre del premiado ciclo interpretado por Ronald Brautigam.

Reviso los boletines de los sellos. Entre reediciones, novedades y futuros lanzamientos tenemos a Mozart con Phantasia (Ramee). Scarlatti y Soler en un recital de B. Cuiller y una selección de Pièces de clavecin de Jacques Duphly, ambos editados por Alpha. Ricercar y un doble cd con conciertos para clave de Wilhelm Friedemann Bach. El solista es Guy Penson. Alessandrini y dos discos en Naïve: Chaconne y Mottetti de A Melani. Berenice, regina d'Egitto de Handel (Virgin) y la batuta del infatigable Alan Curtis. De Glossa destaco Italian Cantatas vol. 7, que incluye Apollo & Dafne, Agrippina condotta a morire y Cuopre tal volta il cielo. También Il più bel nome (Antonio Caldara / El concierto Español) y Odi Euterpe con la mezzo Rosa Domínguez. ¿Ya compraron el último disco de Robert Barto y las sonatas de Weiss? ¡Obligatorio! La Pasión según San Marcos de Reinhard Keiser (Christophorus). Sonatas para cello y continuo de Antonio Caldara con Gaetano Nasillo (Arcana). Barcarolles, las 13 bellas miniaturas para piano de Gabriel Fauré por Delphine Bardin (Alpha). Y la serie de precio medio o bajo (depende de dónde compren), “las voces barrocas”, añade diez títulos más, de entre los cuáles señalo con insistencia el de Frescobaldi y su Primo Libro dei Madrigali. Nuevamente es el Concerto Italiano de Rinaldo Alessandrini. ¡Qué buen período fue aquél! Y qué mejor retrato que el registro fonográfico de esas interpretaciones.

Brilliant Classics es inagotable. Entre reediciones y novedades te deja con la boca abierta. Composiciones tempranas de Chopin, integral de conciertos para clave de Wilhelm Friedemann Bach, música de cámara de Giovanni Benedetto Platti, sonatas de Giovanni Battista Vitali, música para piano de John Cage, Purcell y McCreesh, Francesco Mancini y doce sonatas para flauta, un recital titulado Passionate Baroque Arias con Gemma Bertagnolli y la llamativa serie de ópera, en una constante extensión de catálogo y a un precio ridículo de barato. La mayoría son reediciones de antiguos registros, pero por ese módico precio no deja de ser tentador. Y atención, que más de algún título está dentro de la categoría de las llamadas grabaciones referenciales. Desde Purcell a Schönberg, así de amplia es la colección, con una marcada preferencia, eso sí, por las creaciones decimonónicas. Mucho Maria Callas, Fiorenza Cossotto, Dietrich Fischer-Dieskau, Giuseppe di Stefano, Boris Christoff, Tito Gobbi, Kirsten Flagstad y Deborah Voigt. Y bueno, se entiende. Son el tipo de voces que se ajustan correctamente al repertorio. Está bien, lo reconozco. Tengo mi lado “romanticón”, pero es muy, muy selecto. ¡Y que no salga de acá!


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sábado, 5 de junio de 2010

Mi cartero y las compras online


Por el Musicópata

Recuerdo que hace casi dos años el dólar experimentó una fuerte baja y llegó a cotizarse a cuatrocientos cincuenta pesos, más o menos. ¡Qué locura! El timbre sonaba cada tres días y también día por medio. Era el cartero que pasaba a dejarme una “cajita”, como decía él. Don Mario, un profesional de conducta intachable, se paseaba con mis encarguitos por todo su cuadrante y no pocas veces me esperó en la entrada del edificio hasta que yo llegara a casa, “pa’ entregárselos en sus manos”, me confesaba, con una mirada llena de orgullo. Creo que fue el año en que más música adquirí. La famosa casa de discos del centro, la que hoy seguramente vende más libros, accesorios y películas que música, nunca estaba al día (ahora tampoco y nunca lo estará), así que me decidí por comprar casi exclusivamente a través de internet y comencé con Amazon.

Luego de una demora bastante preocupante en mi primer pedido, el asunto se normalizó y desde la segunda compra, los discos llegaron a la puerta de mi casa con una regularidad alarmante. Don Mario sudaba la gota gorda, porque yo vivo exactamente donde termina su recorrido. Pero muchas veces, debo aclararlo, el sufrimiento fue autoimpuesto, porque Don Mario, por iniciativa propia y pensando que lo hacía para mejor, me juntaba varias “cajitas” y me las entregaba de sopetón, sin previo aviso. Eso enloquece a cualquiera. Tanto al que lleva como al que recibe el encargo.

Desde el año pasado y luego de las insistentes sugerencias de varios amigos que viven en el extranjero y que compran discos como si se fuera a acabar el mundo mañana mismo, probé con la tienda inglesa especialista en música docta MDT (www.mdt.co.uk). ¡Peor aún! Más variedad, precios más bajos y un coste de envío que raya en lo ridículo: una y media libra esterlina por el primer CD y le añades otra libra por cada disco extra. O sea, la nada misma. Pero la principal gracia de MDT es que exhibe constantes ofertas y no en cualquier sello. Y lo mejor es que te mantienen informado diligentemente de la fecha de inicio y término de cada nueva promoción. Y sobre lo anterior, como si ya no fuera suficiente, las casas editoras BIS, Hyperion, Brilliant, Chandos, Berlin Classics y Harmonia Mundi corresponden a la sección de descuentos permanentes. ¡El paraíso para los compradores compulsivos!

Recuerdo que inmediatamente pensé en la gran cantidad de CDs que dejé adquirir al pagar un más elevado coste de envío a los señores de Amazon. Pero intenté normalizar la situación a la brevedad. Fue el momento que estaba esperando para completar los madrigales de Monteverdi por la Venexiana en un solo pedido. Pagué por ellos como si fuesen discos de precio medio. Glossa estaba en oferta por esos días. Luego me dediqué a los oratorios de Handel. A las cantatas bachianas. A la música para laúd. Al repertorio para el cello barroco. A los autores alemanes y franceses. A la música isabelina y la del siglo de oro español. También al repertorio romántico de cámara. No vayan a pensar Uds. que yo sólo estucho música “antigua”. Y también compré varias de esas maravillosas cajas compilatorias. Por el box set de la música sacra de Vivaldi del sello Hyperion (Robert King, 11 CDs) pagué no más de veinticinco mil pesos. Y por la del sello Et’cetera sobre los grandes maestros flamencos, un recorrido histórico-musical condensado en diez discos, no más de quince mil pesos. Si esos productos llegasen a Chile, seguro te cobraban hasta tres veces o más, sin vergüenza alguna.

Es lo genial de comprar por internet. Te evitas un sinfín de situaciones, generalmente desagradables. Evitas, primeramente, pagarle la cuenta de la luz y del agua al negocio de turno; evitas enfrentarte a un ejército de vendedores que no tienen la más mínima idea de lo que intentan venderte, por más que uno logre comprender y aceptar, con una paciencia eterna, que no es culpa de ellos; evitas realizar un tour por Santiago para ver si logras hacerte de un ejemplar del producto que llevas meses esperando, que prometieron enviártelo a la sucursal que más te acomoda y que obviamente jamás llegó; evitas que te cambien las reglas del juego en medio del partido, te sumen y resten puntos, te cambien de “categoría”, respondiendo cada una de éstas a decisiones unilaterales, gentilezas de “atención al cliente”; en el fondo, te evitas las inaceptables faltas de respeto que comúnmente experimentamos los consumidores, no sólo de música envasada, pese a que te cataloguen como cliente “Premium” y te conviden a truculentos eventos de trasnoche. Si me preguntan, yo me quedo, pero es que sin pensarlo dos veces, con mi distribuidor de discos en el extranjero y con mi abnegado cartero. La ecuación perfecta. La que nunca me ha fallado. Nunca.


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sábado, 8 de mayo de 2010

Música y lecturas


Por el musicópata

No tenemos tiempo para escuchar toda la música que deberíamos. Entre el trabajo y las lecturas diarias, no es mucho el tiempo que nos queda. Yo mezclo, musicalizo. Abro El afinador de pianos (Salamandra) de Daniel Mason y releo sus pasajes más musicales. De fondo suenan nocturnos en un piano Érard, el tipo de instrumento que inspiró a Mason para escribir su exitosa novela. Un piano más romántico que clásico. Es un modelo de 1837 el que escucho y sobre el que Bart van Oort posa sus manos para recrear las páginas de Frédéric Kalkbrenner, Clara Schumann, Edmond Weber, Charles-Valentin Alkan, Mikhail Glinka e Ignacy Feliks Dobrzynski, entre otros. Una delicia del sello Brilliant. Otro libro, otro éxito. La elegancia del erizo (Seix Barral), de Muriel Barbery. ¿No es acaso el capítulo octavo de la quinta parte lo más melómano de la novela? “No es sólo bella, es sublime, y lo es por un encadenamiento increíblemente denso de los sonidos, como si los ligara una fuerza invisible y como si, a la vez que se distinguen, se fundieran los unos con los otros, en la frontera de la voz humana, casi en el territorio ya del lamento animal.” Son palabras de la profesora de filosofía que escribe sobre el Dido y Eneas de Purcell y yo recuerdo las grabaciones de Haïm (Virgin) y la de Jacobs (Harmonia Mundi). Son complementarias, tanto que si sacamos un poco de aquí y otro poco de allá, armamos un cuadro perfecto. A René Jacobs le cedo la batuta, ni dudarlo, y a Emmanuelle Haïm la relego al continuo. Susan Graham canta Dido y Gerald Finley, Eneas. Belinda, Rosemary Joshua. La hechicera queda perfecta en voz de Felicity Palmer y las brujas inigualables con Dominique Visse y de Stephen Wallace. Charles Daniel, el espíritu y Paul Agnew, el marinero. Shakespeare, la invención de lo humano, de Harold Bloom, lo acompaño con pavanas de compositores isabelinos. Escojo otro libro. Chopin, de Bernard Gavoty (Vergara) y ahora escucho una gran selección de piezas editadas por el sello Alpha. Arthur Schoonderwoerd y un Pleyel de 1836. Nada como escuchar romanticismo en un piano de época. La sonoridad te transporta, te eleva. Soy un convencido de las interpretaciones con criterios historicistas, para todos los períodos de la música. Y ante ese tipo de registros me inclino preferentemente. Otra biografía, escrita por Christoph Wolff y reeditada por Ma non troppo, ahora en un solo tomo. Bach, el músico sabio. Divago entre sus páginas y selecciono algunas piezas para el clave, al azar. Christophe Rousset y las suites francesas, también las inglesas. Uno siempre vuelve a Bach. ¡Qué maravilla! Nos falta tiempo para tanta lectura, para tanta música…


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martes, 27 de abril de 2010

Hoy es el turno de...




La medición del mundo
Daniel Kehlmann
Maeva
Madrid, 2006
224 págs.


HISTORIA entretenidísima
PERSONAJES Humboldt y Gauss
TRADUCCIÓN bien buena
RITMO lectura rápida
AVENTURAS muchas por cada capítulo
HUMOR elegante, inteligente
COMENTARIO FINAL excelente novela que mezcla espléndidamente ciencia y literatura.


domingo, 18 de abril de 2010

Ups...





Tony Montana


Melancolías francesas


Por el Musicópata


Ya se siente el otoño. Yo, en cama y con gripe, me envuelvo de lecturas y me arropo con audiciones dedicadas a los franceses. Creo que lo más adecuado son las sonoridades graves, cálidas, melancólicas. Las piezas para angélique por José Miguel Moreno en esa inhallable producción de Glossa es lo primero. ¿Por qué el sello español no la reedita en su serie Cabinet si ya lo hizo con las piezas de Robert de Visée y las de Sylvius Leopold Weiss? Sólo nos queda esperar. Los Conciertos Reales de François Couperin también se me hacen obligatorios, la de Savall. No por él, sino por los músicos invitados: Alfredo Bernardini, Manfredo Kraemer, Bruno Cocset, Marc Hantai. Y si estoy con Couperin “el grande”, paso inmediatamente a sus pièces de violes. La lectura de Pierlot (Mirare), absoluta, ¡qué fraseo! El gran violista da gamba del siglo XVII, Marin Marais, llamado "el ángel", también me acompaña. ¿Existe un registro más bello que el de Sophie Watillon? Lo dudo. Las mejores Folies d’Spagne en disco, sin lugar a dudas. ¿Qué fue de Pascal Monteilhet? Era de los pocos laudistas que sin otro apoyo instrumental sostenía sobradamente el continuo de un movimiento de sonata con ingenio y gracia. No desarrollaba los cifrados, ¡componía sobre la marcha! Esas sonatas para cello de Vivaldi no conocieron mejores cuerdas pulsadas que las del gran tiorbista francés. Monteilhet dejó un espléndido trabajo sobre Robert de Visée para su última casa editora, Zig Zag Territoires, piezas del Maître du Roy. En esa ocasión se trató de transcripciones de algunas suites: para violín, traverso y viola da gamba, siempre acompañadas por la tiorba. Paso revista a todo registro donde participan Les Basses Réunies, singular conjunto de espléndidos continuistas encabezados por el chelista Bruno Cocset, que de tanto acompañar a otros artistas, termina grabando cuanto repertorio existe para instrumentos graves. Pascal fue parte fundamental del equipo. Su elegancia y delicado gusto musical resalta en cada disco. Ahora Cocset recurre, con errores graves de por medio, a algún reemplazante pasajero. ¿No había otro laudista con espacio en su agenda más que Luca Pianca al momento de abordar el Op. 5 de Geminiani? Inexplicable, como también lo es el que no encuentre mi disco con las sonatas para violoncello de Jean Barrière. Si siempre lo tengo a mano. Mientras busco y revuelvo entre mis libros, escucho de fondo otras sonatas, sies, pour violoncelle avec la basse continue, de Antoine Dard. Otras melancolías, las de la viola de gamba, condenada a desaparecer frente a los embates del cello.


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martes, 13 de abril de 2010

El cuco...








Hoy es el turno de...





Ygdrasil
Jorge Baradit
Ediciones B
Santiago, 2005
274 págs.

HISTORIA ya te vas a enterar
PERSONAJES no tantos, pero la principal es una mujer
TRADUCCIÓN nada como leer en “chileno”
RITMO espléndido, lectura rápida, el libro te atrapa desde el comienzo
VIOLENCIA desmedida
MUERTES muchas por cada capítulo
SANGRE a raudales
TORTURAS espantosas
SEXO hardcore
ESCRITOR no me aventuraría a definirlo
COMENTARIO FINAL luego de la obra Juan Emar, esto es lo más original que he leído de un chileno. De lectura obligatoria!



lunes, 12 de abril de 2010

Philip Roth: el conjurado contra América












“La audacia debe tener un objetivo, pues de lo contrario es de pacotilla, superficial y vulgar”


P. Roth, Me casé con un comunista



Philip Roth (Newark, 1933) debe ser el escritor norteamericano de ascendencia judía vivo más importante de los últimos veinticinco o treinta años. En un comienzo profesor universitario de escritura creativa y literatura comparada, actividades que conjugó luego con la de editor y ensayista, Roth deja la enseñanza definitivamente para asumir la voz de un maldito e insurrecto que habla precisamente de los judíos y toca cada uno de los puntos a los que son tan sensibles y afectos, y, por supuesto, no los deja bien parados. Ahí aparece la sexualidad, pero vista desde el deseo y la obsesión enfermiza; la política, claro, e inmediatamente aflora la descarnada crítica al sistema que ellos mismos han dado forma; la problemática de la identidad y de la conciencia en tierras extranjeras, ni dudarlo; en el fondo, Roth siempre está jugando con la deliciosa y anecdótica miseria humana y los absurdos de la vida, y es Nathan Zuckerman, el más delineado alter ego del escritor, quién con un fino sarcasmo y elegante humor jode cada tanto a esta poderosa comunidad y desgrana en detalle cada una de sus fantasías, triunfos y derrotas.






Premiado hasta el cansancio, Philip Roth lo ha ganado todo: el National Book Award, el National Book Critics Circle Award y el Pen/Faulkner, todos en dos oportunidades; el Ambassador Book Award, el Pen/Nabokov, el Pulitzer, la Medalla Nacional de las Artes, la Medalla de Oro de Narrativa, etc…, todo, todo menos el Nobel, premio que obviamente nunca le otorgarán por más que lo postulen una y otra vez, porque sencillamente y como todo gran escritor, Roth es políticamente incorrecto, no se anda con cuentos y saca ronchas mientras escribe sin parar. Publica y publica novelas nuevas cada, más o menos, 18 meses, y si bien las últimas son meros retoques de ideas mucho antes y mejor expuestas, operación que huele más a compromiso contractual que a necesidad literaria, Roth no tiene nada que demostrarle a nadie y menos a estas alturas de su vida. El maestro es inagotable y trabaja fuerte, día a día, casi sin pausas, contra el tiempo, seducido por el tema de la muerte.

Háganse un favor y lean su “trilogía americana”, que finaliza de manera espléndida con esa gran novela llamada “La mancha humana” (2000). Devórense “El Teatro de Sabbath” (1995) y den rienda suelta a sus más bajos instintos; vamos, “El mal de Portnoy” (1969) está reeditado a precio módico y seguro disfrutarán con los monólogos su protagonista; “Elegía” (2006) no está nada mal y “Patrimonio” (1991) llega a ser enternecedora. Cualquier libro que escojas te dejará la misma sensación: Philip Roth es un profesional, seco, riguroso. No se sienta frente a su escritorio a tratar de modelar frases bonitas, a esperar la inspiración divina. El viejo boxea con la literatura y con la vida como si nada; lleva años haciéndolo y con la muerte rondándole muy, muy de cerca. Es el cáncer que no lo deja tranquilo; y como es un hueso duro de roer, no te lo hace fácil y no es ni por si acaso amable con su prosa, porque sabe lo que dice y el efecto que eso causa en sus lectores, seguidores y detractores; es peligrosamente autobiográfico, irreverente y provocador; te muele a frases esplendidas y te grita a la cara lo iluso que puedes llegar a convertirte mientras, ahí sentado, esperas la oportunidad de tu vida; te hace añicos el sueño americano y te lo convierte en una pesadilla diaria. Philip Roth es un maldito.


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viernes, 9 de abril de 2010

Versiones y novedades


Por el Musicópata



Reviso las novedades discográficas anunciadas en los boletines a los que estoy suscrito y la situación se torna abrumadora. ¿Cómo hacer para estar al día con tanta producción que sale al mercado y con semejante regularidad? Eso es un imposible. ¿Crisis del cd? No sé quién dijo eso… Algunas reglas que me autoimpongo: me permito tan sólo dos, rara vez tres versiones de alguna composición fundamental. ¿Para qué más si sé que he sido sumamente exigente para inclinarme por una u otra? Así, además, controlo la sobrepoblación de discos y dejo espacio para los libros. Ese es mi otro vicio y más grave. Mucho más grave.


Tomo como referencia a algunos inagotables maestros y paso revista. Para las Goldberg, que debe ser una de las obras con más versiones en disco, yo selecciono dos, Hantaï I (Opus 111) y Hantaï II (Mirare). Los célebres seis solos para el cello, Bylsma I y Wispelwey II. La Misa en Si Menor, una tradicional, Suzuki (Bis), y otra OVPP, Kuijken (Challenge Classics). Con las casi inabordables sonatas para laúd de Weiss, mi primera opción siempre son los ya diez volúmenes de Robet Barto (Naxos) que se complementan perfectamente con dos de Eduardo Egüez, uno de Hoppy y otro de José Miguel Moreno, no más. Dowland tiene dos caras, una virtuosa en dedos de Paul O’Dette (HM) y otra más serena y madura por Nigel North (Naxos). Monteverdi y sus madrigales, ahí conjugo entre La Venexiana, el sexto libro por Alessandrini y el trabajo de Marco Longhini para Naxos, sello de bajo costo que siempre sorprende con una que otra integral. Y muy pronto sale el primer volumen de los madrigales de Gesualdo por los mismos Delitiae Musicae de Longhini (!!!). Membra Jesu Nostri, Fasolis y Veldhoven. El Op. 5 de Geminiani, Nasillo (Symphonia) y McGillivray (Linn). El Op. 4 de Haendel, ¿Dantone, Egarr y Halls? Mejor paso a las novedades…

Comienzo con los responsorios para Semana Santa de Tomás Luis de Victoria. Si destacada era la interpretación de los Tallis Scholars (Gimell), ahora sale la de Raúl Mallavibarrena y Musica Ficta (Enchiriadis), quienes ponen nuevamente en el tapete a un discreto sello que sabe hacer las cosas muy bien. Escuché algunos extractos y les aseguro que es una lectura totalmente novedosa, atrevida. El disco se llama sugerentemente “18”. Paso a Bach, porque pareciese que todos los meses se celebra al cantor de Lepizig. Cuatro discos: los Motetes por el sólido Masaaki Suzuki; Andreas Staier y su lectura de las Goldberg, con sugerentes cambios de registros; la Pasión según San Mateo nuevamente con criterio de una voz por parte y por el incansable Sigiswald Kuijken, pero con un elenco de cantantes que te hace dudar si adquirirla o no -yo paso, con Butt y la segunda de Herreweghe tengo de sobra-, y las Sonatas en Trío por Reine-Marie Verhagen (flautas dulces) y Tini Mathot (clave y órgano de cámara). Ricercar saca otra selección de Danceries de Attaingnant y son sus más avezados intérpretes, Denis Raisin-Dadre y Doulce Mémoire, quiénes así complementan su antigua producción para Astrée. Anthony Bailes para el elegante sello Ramée preparó un programa titulado Apollon Orateur. Son piezas para laúd barroco de los Gaultier, Ennemond y Denis, ambos compositores alguna vez tan bien llevados al disco por Hopkinson Smith. Hace algunos meses, Christophe Rousset volvió a indagar en la obra para clave de Johann Jakob Froberger y grabó seis suites para Ambroisie. Carus lanza la versión de Mendelssohn del Dettingen Te Deum de Haendel con falutas, clarinetes y trompas, yo arranco y recuerdo gratamente la de Stephen Layton para Hyperion. Giulio Cesare in Egitto, sí, una de las óperas más grandes de todos los tiempo. Ahora es el turno de George Petrou para demostrar qué tan lejos puede llegar con su Orquesta de Patras y un elenco de solistas cada vez más llamativo. No conozco esta versión, yo tengo la de Minkowski que es espléndida, pero mi amigo español Javier Sarría Pueyo, un haendeliano acérrimo, dice que el maestro griego se convirtió en un imprescindible. Sergio Azzolini crea todo tipo de expectativas (yo espero una integral, no menos) con su Concerti per fagotto I para la obligatoria serie Vivaldi Edition del sello Naïve y registra, además, seis mozartianas sonatas para fagot y pianoforte de Thaddäus Wolfgang von Dürnitz. Me atrevo también con éste último, Azzolini es un dato seguro y a veces es bueno avanzar un poco más allá de 1750. A veces y con mucha precaución. Y ya que doy el salto, agrego algo de música de cámara de C. F. Abel y J. C. Bach por Il Gardellino, también los tres tardíos cuartetos de C. P. E. Bach (La Tempestad/Arsis), incluso otro disco que se me pasó, el recital de Rossini con Joyce DiDonato y la dirección de Edoardo Müller.

¿Cómo es posible que Glossa, Accent, Ramée, MDG, Pan Classics, DHM, Arcana, entre muchos otros, aún no estén en los escaparates de la famosa tienda que ahora mezcla libros, cds y todo tipo de accesorios? Alpha, Ricercar y Fuga Libera llegó. Tarde, muy tarde, pero llegó. Y les aseguro que insistí mucho en ello. Que hagan algo pronto, si no seguirán perdiendo clientes. Por suerte podemos acceder regularmente a Bis, Hyperion, Chandos y CPO en la disquera del Pueblo del Inglés. Mas por internet siempre es menos costoso y más seguro dar con el producto deseado. Pero a la vez es más peligroso, porque cuando uno está de cara a la novedad la tentación es muy fuerte. ¿No era tan sólo dos versiones por obra?...



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martes, 6 de abril de 2010

Hoy es el turno de...





Las horas
Michael Cunningham
Norma
Bogotá, 2008
232 págs.

HISTORIAS tres, entrecruzadas
PERSONAJES tres mujeres, tres generaciones
TRADUCCIÓN buena
RITMO perfecto
MUERTES una al comienzo, otra hacia el final
COMENTARIO FINAL libro maravilloso. Complementar con la película del director Stephen Daldry.



viernes, 2 de abril de 2010

La Pasión según San Mateo



Ideas breves

La Passio secundum Matthaeum de Johann Sebastian Bach (BWV 244) se representa por primera vez en la Thomaskirche de Leipzig para el servicio de Vísperas del Viernes Santo de 1727, dos años después de que el Kantor de la Thomasschule, según se cree, iniciase los primeros esbozos de la partitura. De hecho, el no haberla finalizado para el Viernes Santo de aquel 1725 significó tener que ejecutar nuevamente, con uno que otro cambio, su anterior pasión, la de San Juan, representada por primera vez un año antes.

La Pasión según San Mateo, con formato de doble coro y doble orquesta, corresponde a una extensa narración sacra que fusiona en perfección tanto lo lírico como lo dramático: el relato de las horas finales de Cristo y al mismo tiempo la respuesta y comentarios por parte de los fieles respecto del relato. Es la musicalización de los capítulos 26 y 27 del evangelio homónimo entrelazados con diversos corales luteranos, coros, recitativos y arias; los textos, en el caso de los corales, tienen una antigüedad de hasta dos siglos, y los versos del poeta Christian Friedrich Henrici, conocido con el seudónimo de Picander, completan el resto del libreto que en suma logra un forma de enorme diálogo.

La música de la Pasión según San Mateo, dividida en dos partes y que enmarcó el extenso sermón de casi dos horas de ese viernes 11 de abril de 1727, presenta prácticamente todas las formas musicales ejercitadas en aquel entonces: recitativos acompañados y secco, arias, armonizaciones de corales tradicionales, coros, incluso la forma motete. Asimismo, se plantea todo tipo de posibles combinaciones vocales al conjugar o enfrentar las voces de ambos coros. La estructura de la obra logra una complejidad y heterogeneidad sin precedentes, rica en un sinfín de detalles musicales y expresivos.


Concertistas y ripienistas

De acuerdo a las investigaciones de Joshua Rifkin y Andrew Parrott, tan oportunamente avaladas y completadas por otros estudios de John Butt, indagaciones siempre realizadas sobre la base del conjunto de particielas conservadas de la época de Bach, la Pasión San Mateo fue, casi con seguridad, interpretada originalmente por tan solo 8 voces solistas, denominadas concertistas y divididas en dos grupos (soprano, alto, tenor y bajo), quienes asumen la totalidad de las partes del canto, es decir, coros, corales, arias y recitativos. Los roles principales del evangelista, quién precisamente narra el evangelio en tercera persona y en forma de recitativo secco, y el rol de Jesús, corresponden respectivamente al tenor y bajo del coro I. Por otra parte, a los concertistas se añaden otras tantas voces, tres o cuatro, quienes asumen los roles menores de las dos criadas, la mujer de Pilatos, Pilatos, Judas, Pedro, Caifás y los Pontífices. En tanto que una de éstas voces, denominada soprano in ripieno, apoya en algunos números musicales, pero mínimamente.


El registro

John Butt, eximio estudioso de la obra de Bach y director del Dunedin Consort, se inclina por una tardía versión de la Pasión San Mateo para su primer registro en disco de esta creación cumbre del maestro oriundo de Eisenach, versión que debió haberse representado cerca del año 1742.

Dicha partitura presenta una que otra modificación en cuanto a la instrumentación respecto de las versiones anteriores: se reemplaza el órgano por un clave en la orquesta II y también se añade una segunda viola de gamba a la misma orquesta, para el continuo del recitativo y aria "Mein Jesus schweigt” y “Geduld!” del tenor del coro II.

En resumen, las orquestas, en formato muy reducido, están conformadas cada una por dos violines primeros y dos violines segundos; viola, cello, violone y viola da gamba, uno de cada instrumento; flautas y oboes en pares, difiriendo solamente en que la orquesta I cuenta con un órgano y un calve y la orquesta II sólo con un clave. Y en cuanto a las voces y de acuerdo a la práctica OVPP, 8 son los concertistas y 4 las voces de apoyo para cubrir las parte de soprano in ripieno y todos los roles menores.

El resultado es un perfecto equilibrio entre las partes instrumentales y vocales, con una claridad abrumadora de la textura musical. Basta con enfrentarse al impresionante coro de apertura "Kommt, ihr Töchter" y ya te haces una idea de todo el potencial y beneficio para este tipo de repertorio el aplicar correctamente los criterios históricamente documentados. El rol de Jesús en voz de Matthew Brook es conmovedor en su grado máximo y la narración del evangelio por parte de Nicholas Mulroy es más que elocuente. Destacan especialmente las bellas y cristalinas voces de la soprano Susan Hamilton y de la mezzo Clare Wilkinson, quién en el célebre “Erbarme dich” logra, según mi criterio, la mejor interpretación disponible en disco de una de las más emotivas arias sacras de la historia musical.

Con este trabajo discográfico estamos ya en condiciones de plantear un resumen de las mejores lecturas posibles de la Pasión San Mateo. Una más "tradicional", me refiero a la segunda de Philippe Herreweghe para la casa francesa Harmonia Mundi, imprescindible; otra más "osada" y fielmente documentada, por cuenta de Paul McCreesh y un espléndido equipo de solistas, para el sello Archiv, y la presente de John Butt, “casi perfecta”, fruto de un trabajo constante y concienzudo por parte del sabio maestro inglés y también, no podemos engañarnos, por el minucioso despliegue técnico de sonidistas y productores musicales.




Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Matthew Passion

Dunedin Consort & Players
John Butt

Linn Records, 2008 (3 CDs)


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miércoles, 31 de marzo de 2010

Say ‘hello’ to my little friend...




Hoy es el turno de...




La elegancia del erizo
Muriel Barbery
Seix Barral
Santiago, 2009
368 págs.


HISTORIA
con lugares y personas comunes
ESCRITORA inteligente, mucho
TRADUCCIÓN buena, pero con una que otra palabra muy ezzzpañola
RITMO rápido
DIFICULTAD nada
HUMOR tremendo
PROTAGONISTAS una niña y una señora
FINAL sorprendente
COMENTARIO un libro muy, pero muy bien logrado.


viernes, 26 de marzo de 2010

Yo quiero bailar así


Acá es cuando me baja la deliciosa envidia y también la furiosa rabia. Soy el primero en aceptar que soy sumamente torpe para los movimientos corporales al son de un contagioso ritmo y más si éste corresponde a una buena mezcla de electrónica setentera (incluso ochentera), su buena cuota de bronces y una buena dosis de reminiscencia épica, es decir, “onda disco”. Es que estoy seguro que no existe nada más espectacular en la vida que bailar bien algún temita “onda disco”, con esos movimientos de piernas tan graciosos y ese constante vaivén de brazos y caderas.

Para quienes aún no saben bailar y todavía se animan a intentarlo, les dejo un excelente tutorial para aprender los pasos más básicos. Es un señor finés que, todo delicado él, explica elocuentemente cómo ejecutar cada paso. Es muy didáctico, a ver qué les parece, corre video…






Yo lo intenté, pero no me resultó. Así que no me queda más que disfrutar y observar a una buena pareja de danzarines, más si está conformada por el mismo profe, 28 años después de su clase magistral, acompañado de una moza de, perfectamente, un tercio de su edad. Qué buen ejemplo de entereza física!!!! Yo quiero llegar a ser como él...









Hoy es el turno de...




De repente en lo profundo del bosque
Amos Oz
DeBolsillo
Barcelona, 2009
160 págs.


HISTORIA fantástica
TRADUCCIÓN buena
RITMO una delicia
PROTAGONISTAS niños y adultos
UN PUEBLO embrujado
ANIMALES perdidos
DIFICULTAD sólo si no entiendes el trasfondo de una historia sencilla
COMENTARIO FINAL precioso relato con forma de fábula, de magistral escritura y rápida lectura. Esta preciosa nouvelle se presta para diversas lecturas, no exentas de fuertes críticas. De precio módico y lectura obligatoria. No pierda tiempo...



jueves, 25 de marzo de 2010

Acciones de la vida...


Confirmado...

Fuentes de la moneda, filtran a Sebastián Piñera en su despacho… post venta de acciones de LAN... (@RobertoIglesias)









Trololó lo lo lo lo lo lóoooooooo...





Yo quiero caminar así por la vida... ¿deberé tener acciones en LAN para eso?


Hoy es el turno de...




El afinador de pianos
Daniel Mason
Salamandra
Barcelona, 2003
384 págs.


LIBRO se divide en dos partes
HISTORIA se deja llevar muy bien
TRADUCCIÓN buena
AVENTURAS varias
RITMO rápido
LECTURA un agrado
DIFICULTAD sólo si no entiendes lo que es la afinación temperada
SEXO no da para eso
COMENTARIO FINAL el entrecruce de temas históricos, bélicos, técnico-musicales y científicos se conjugan eficientemente para recrear la vida en la Inglaterra victoriana y en la Birmania colonizada. El libro tiene un formato que permite una inmediata adaptación al cine, incluso la ópera.



martes, 23 de marzo de 2010

Hoy es el turno de...




Orlando
Virginia Woolf
Edhasa
Barcelona, 2009
286 págs.

HISTORIA maravillosa
TRADUCCIÓN un lujo, lo mejor de lo mejor
AVENTURAS muchas, inimaginables
PERSONAJE principalmente uno (a), totalmente seductor (a)
PROSA espléndida
HUMOR genial
SEXO intercambiable
COMENTARIO FINAL una escritora genial que aborda de la manera más sorprendente cuantos temas caben en casi cuatro siglos de historia. Un libro imprescindible con una traducción que ya quisiera cualquiera.



lunes, 22 de marzo de 2010

De la suite de danzas


A lo largo del siglo XVI y en los lujosos salones privados de las más distinguidas familias italianas y francesas es donde posiblemente se origina la suite de danzas cuando surge la necesidad instrumental de acompañar rítmica y melódicamente los agrupados movimientos de danzas de carácter para que bailarines semi profesionales, cortesanos y nobles, que formaban parte activa en los ballets de cour, pudiesen lucir sus máscaras y tocados al momento de representar con unos discretos pasos de baile los argumentos declamados por el orador de turno. A la solemne pavane, procesional siempre, la sucedía inmediatamente una por aquel entonces más animada allemande, quizá también una gaillarde, y luego el vigoroso tourdion cerraba uno de los tantos divertimentos, intervalos danzables que demarcaban las numerosas escenas del ballet cortesano. Los oportunos tratados Il ballarino de Fabritio Caroso y L’Orchésographie de Thoinot Arbeau detallan elocuentemente cada una de estas danzas, altas y bajas, bransles y passamezzi, graves y otras más animadas, pero no tanto como para que con el entusiasmo que suscita la sonoridad del tambor, la bombarda y el dulzian, y en un alocado descuido, la dama dejase al descubierto algo más que el talón.


Al mismo tiempo, pero en un contexto radicalmente opuesto, la suite proporcionó una solución a la inquietud del músico que, cuando en solitario ejercitaba o cuando en público deleitaba, quiso extender su interpretación a más de una sencilla pieza y probó añadiéndole al libre preludio ora una danza alegre, ora una danza grave. Eran las mismas piezas que se bailaban, pero ahora, reducidas e intabuladas, se escuchaban en un escenario más íntimo. Estos tímidos primeros intentos de suite no corresponden a más de tres o cuatro movimientos breves, pero aunados por una tonalidad propuesta o por un motivo melódico desarrollado en metros de tempos binario o ternario. Pavane y gaillarde; pavana, saltarello y piva; basse danse, recoupe y tourdion. El músico experimenta y ya se vislumbra una estructura coherente. Pronto tecladistas y laudistas presentarán en sus colecciones las danzas agrupadas por su género o por una tonalidad afín, pero en un esquema todavía muy libre. Kapsberger en su libro primo d’intavolatura di lauto (1611) incluye ocho tocatas, luego doce gallardas y cierra su tomo con un número igual de corrrenti. Entonces es el tañedor quién decide cuántas y cuáles de estas miniaturas selecciona y cómo las ordena. Michelangelo Galilei se anticipa y él mismo en su publicación de 1620 organiza sus creaciones por “tonalidades”, pero deja al intérprete la opción de formar una suite con la cantidad de piezas que desee. En cambio, Giovanni Picchi en su Intavolatura di Balli d’Arpicordo (1621) propone lo que perfectamente puede considerarse como una gran suite con doce movimientos.


Ya hacia el barroco medio y siempre en Francia, la suite instrumental solista progresivamente irá adquiriendo la forma que nos es tan conocida y que se consolidará como la manera de hacer música ya no como soporte para un bailarín, sino para satisfacer las más delicadas inquietudes creativas; es el momento en que las danzas alcanzan maneras tan estilizadas que aunque el gran Louis Pécourt lo intentase, no hubiese podido sostener un port de bras tan grácilmente como sí lo hacía la mano diestra de Chambonnières sobre el contrapunto de una dolida sarabande. La suite madura y se le denominará indistintamente partita, igualmente ordre. A la sucesión contrastante de allemande, courante, sarabande y gigue, por lo general y en primer lugar, se antepondrá un prélude, para que el intérprete ejercite sus dedos, otras veces una ouverture a la francesa, otras una toccata; también se le intercalarán otras diversas danzas tan curiosas y aceptadas como el menuet, la gavotte, la bourrée, el paysane, el loure, el passepied, incluso un ostinato como la chaconne y el passacaille o la sentida evocación en forma de tombeau tendrá espacio dentro de la suite.


Publicaciones hay muchas, cada una tan transcendental como la otra. Ennemond Gaultier con sus piéces de luth tempranamente modela la forma suite. Froberger trabaja aún sobre una pauta flexible y la gigue no siempre se ubica al final de la serie. Vilsmayr para su Artificiosus Concentus pro camera à Violino Solo escribe seis partitas, al igual que Westhoff en 1696. Robert de Visée transcribe en sus libros danzas que se bailaron en alguna comedia-ballet de Lully sobre textos de Molière. François Couperin en sus cuatro livre de pièces distribuye hasta veintisiete descriptivos ordres. Bach nos lega sus imprescindibles suites francesas, inglesas y partitas, sus famosos seis solos para el cello y otros tantos para el violín, todos senza basso. Handel en 1720 y 1733 hace lo suyo y publica quince suites de pieces pour le clavecin y una gran Chacone con sesenta y dos variaciones. Weiss compone el repertorio más extenso para el laúd y lo traduce en un generoso número de Sonatas, como a él gustaba llamarlas. Johann Caspar Ferdinand Fischer y su monumental Musicalischer Parnassus, otros nueve tantos. Y entre ellos, con menos eco para nosotros, pero con tanta sabiduría y buen gusto para la música, Mattheson saca a luz sus Pieces de clavecín en deux volumes publicadas en Londres en 1714. Por ahora, yo me quedo con éstas últimas.





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